PLOT Nº 30

ROTATIVAS
Las rotativas son una serie de conversaciones donde distintos arquitectos entrevistaron a sus colegas y se realizaron entre 2011 y 2013 para PLOT web. Iniciadas en Buenos Aires con MONOBLOCK en conversación con el arquitecto paulista Álvaro Puntoni, las seis rotativas desembocaron en la práctica de Bijoy Jain de Studio Mumbai luego de generar charlas en las que participaron Luis Callejas, PRODUCTORA, Johnston Marklee y OFFICE KGDVS. La modalidad de las conversaciones ofreció la posibilidad a los arquitectos tanto de ser entrevistados como de entrevistar y les permitió indagar e investigar en sus intereses sobre las prácticas de sus pares.

MONOBLOCK – Álvaro Puntoni
Octubre 2011

MONOBLOCK: ¿En qué medida crees que la naturaleza y la geografía de Brasil, por un lado, y la política, por otro, han influido en la construcción de una expresividad arquitectónica que hoy se reconoce en la Escuela de San Pablo?

Álvaro Puntoni: La arquitectura de San Pablo juntó elementos de la llamada arquitectura carioca, como la construcción de espacios abiertos de transición y una relación franca con el paisaje circundante, con una mirada vinculada a la construcción y a aspectos estructurales. Esta conjunción definió una expresión arquitectónica singular y, a su vez, una política del proyecto, o lo que podría llamarse una escuela de pensamiento.
De hecho, las escuelas de Arquitectura de San Pablo han logrado una importancia que no tienen las de Río de Janeiro. Los arquitectos paulistas entienden la actividad profesional y la enseñanza como elementos indisociables, y esto hizo posible transmitir y mantener una cierta lógica o inteligencia constructiva. Inclusive, los arquitectos han sido capaces de superar el proceso de destrucción cultural que impuso la dictadura militar y retomaron la producción anterior, reflexionando y actuando críticamente. Nosotros somos alumnos de los alumnos de los profesores.

MONOBLOCK: ¿Cuál es el valor expresivo e intelectual que le asignas al desarrollo y pensamiento de la estructura y el detalle?

AP: Pienso que la arquitectura es la estructura, que la estructura es la arquitectura. Son elementos indisociables.

MONOBLOCK: En función de las complejidades y los desafíos políticos, demográficos, de ordenamiento, etc. que plantean las metrópolis sudamericanas, ¿en qué medida crees que la arquitectura actual tiene una visión sobre nuestras ciudades?

AP: Creo que proyectar un edificio o un espacio urbano es proyectar una parte del mundo. Tratamos de hacer una arquitectura desde lo que es posible en el medio en el que estamos, y esta producción forma parte de la construcción cultural de nuestros países, nuestras lenguas y nuestras formas de vida. Su manera de manifestarse es única, pero es universal la forma en que se inserta en el mundo dentro de nuestro querido planeta, nuestra única casa, que nos acoge desde siempre y al cual no sabemos retribuir de forma acorde o inteligente. Ser arquitecto es ser constructor de cultura. Es construir el mundo que conocemos y el que todavía no conocemos. Una ciudad es el mundo y el mundo puede ser una ciudad.

MONOBLOCK: ¿Qué papel crees que juega el sistema de concursos de obra pública en el desarrollo de una visión sobre el futuro de las ciudades?

AP: Los concursos son importantes como forma de debate arquitectónico y por el intercambio de ideas que promueven. Un concurso es una acción cultural fundamental. También representa la posibilidad de realizar un proyecto sin todas las restricciones o interferencias que son comunes en los trabajos cotidianos. A su vez, permiten un acceso ecuánime a los proyectos, lo cual es un aspecto crítico para el trabajo de los arquitectos más jóvenes y recién salidos de la escuela.
Vale la pena destacar que la vuelta de los concursos públicos en la década de los noventa coincide con la apertura de la política de nuestro país, con lo cual son considerados como instrumentos fundamentales de discusión y participación civil. En ese sentido, el concurso es como una opinión, como una idea sobre un tema de interés, y es definitivamente fundamental para la construcción de una ciudad deseada.

MONOBLOCK: ¿En relación a dos obras o proyectos de tu estudio, uno que represente los primeros momentos en que empezaron y otro más reciente, ¿cómo crees que dan cuenta de tus inquietudes, tu evolución profesional y tu aprendizaje?

AP: Nuestra oficina, GRUPO SP, está pensada para recibir la colaboración de otros profesionales, por lo cual podríamos decir que es una «oficina abierta» en cierta medida. No la vemos como una estructura rígida y tradicional de socios fijos e inamovibles, sino que admitimos que, de acuerdo a cada proyecto, a veces es necesario asociarse con otros arquitectos y profesionales. De esa manera podemos ser «máximos y mínimos» según nos convenga.
Esta estructura mínima nos permite, por ejemplo, no aceptar determinados trabajos, lo cual es algo bueno. No nos gustaría ser rehenes de nuestra propia estructura y tener que aceptar cualquier encargo con tal de mantenerla, como si fuese una máquina continua y poco inteligente. Nos parece más apropiado tener cierta independencia, por más que nos cueste no tener ningún trabajo en algunos momentos. Tener una pausa y no estar haciendo ningún proyecto puede llegar a ser justo el tiempo necesario para luego hacer uno bueno.
En ese sentido, todo proyecto es un desafío, y no creo que existan ventajas en elegir un área de especialización. Estamos siempre predispuestos a hacer inclusive eso que aún no sabemos hacer muy bien. Como dice un colega nuestro, la gran ventaja de no saber muy bien qué hacer es que uno le pone mucha más dedicación y preocupación a las cosas. Creo que es poco interesante y poco inteligente decir que uno esta especializado en algo. En todo caso, lo veo más relacionado con el mercado laboral que con cualquier otra cosa. El arquitecto debería ser capaz de responder a cualquier cuestión.
Los proyectos que más nos gusta comentar son siempre los últimos que hicimos porque representan mejor lo que nos preocupa e influye en nuestras decisiones actualmente. Acabamos de participar de la inauguración de la nueva seda de SEBRAE en Brasilia. El proyecto surgió a partir de un concurso que felizmente ganamos en el 2008. Fue un trabajo muy estimulante que nos ocupó completamente durante estos últimos tres años, debido al poco tiempo que había para el desarrollo del proyecto y la construcción. El edificio se terminó a fines de 2010. El resultado está ahí, y podemos verificar los aciertos y los errores del proceso.
El 2010 lo empezamos con el concurso para la renovación del Teatro Castro Alves en Salvador, donde obtuvimos el quinto lugar. El edificio es impresionante, patrimonio de la arquitectura moderna brasileña, y va a ser ampliado y reformado de acuerdo a las necesidades actuales con un programa más abierto a la población. Siempre nos parece estimulante esta cuestión de diálogo de dos tiempos diferentes y de intervenir lo construido. Nuestra propuesta retomaba conceptos utilizados por el arquitecto en el proyecto original y resolvía todo el programa a través de una estructura paralela. Este nuevo elemento estaba conectado por los servicios y los núcleos verticales que conformaban un nuevo edificio y un nuevo frente urbano para el teatro, lo cual valorizaba el espacio urbano exterior.
En 2010 también fuimos seleccionados para la etapa final del concurso internacional Casa en Luanda, realizado por la Trienal de Arquitectura de Lisboa. Quedamos en entre los treinta finalistas entre más de 600 postulaciones, con lo cual estamos satisfechos. Se trataba de un proyecto conceptual de una casa de hasta cien metros cuadrados para São Paulo de Luanda, la capital de Angola, que fuese capaz de generar un tejido urbano. Nuestra propuesta era una única pieza estructural compuesta de a pocos elementos que podía ir conformando espacios íntimos o urbanos según su disposición.
Este año terminamos un edificio habitacional en San Pablo que habíamos empezado a proyectar en el 2007. Fue una oportunidad de participar y opinar sobre la construcción de la ciudad.
Por último, acabamos de participar de un concurso internacional para el Parque Olímpico de Río de Janeiro, asociados con los estudios Una, de San Pablo, y Paisajes Emergentes, de Medellín, lo cual confirma nuestra disposición abierta en la construcción de lazos y en ampliar los espacios de acción. Es un proyecto difícil, casi imposible, y debido a nuestra precariedad de medios frente a las grades oficinas y los consorcios internacionales, terminamos estando absolutamente libres de proponer lo que creemos verdaderamente interesante, como quien dice su opinión frente a un mar de ruidos.-